domingo, 24 de enero de 2016

Pequeño resumen de mis mil y un pensamientos.

Supongo que la vida consiste en eso.
En levantarte cada mañana y apuntar en tu cerebro una nueva y mejor causa por la que querer huir más lejos que el día anterior. Nos pasa a todos los que miramos la vida con esa pizca de esperanza y a la vez desilusión. Pero a pesar de eso, todo el mundo es capaz de encontrar un aliciente.
Yo...yo no tengo interés. No tengo interés en nada. Parece que el resto comprende algo que a mí se me escapa... o probablemente yo misma lo dejé escapar.

Darme cuenta de eso también implicaba dejar de dar la espalda al camino que se abría frente a mí.
Pues si estaba buscando la verdad, la tenía justo enfrente mía: la jaula social.
Hace ya unos años que dejé de verme en algún trabajo. El simple hecho de formar parte de esta sociedad me repugnaba: ir a algún sitio para trabajar todos los días y luego volver, ir a comidas de empresa, comidas familiares, padecer esa falsa emoción de que llegue el fin de semana para disfrutar de lo que parece ser una vida genial... Definitivamente no es para mí.
Y llegados a este punto, ¿qué espero entonces? Pues...¿qué importa eso? Lo que yo quiero es irme muy lejos con una caravana, con tu compañía y perderme hasta olvidar lo que era vivir en sociedad.
Dejarme llevar por instintos y disfrutar algo tan efímero y que lamentablemente está ya tan jodido como es la vida.

Irremediablemente así no puedo vivir, ni yo ni la inmensa mayoría. Estamos todos metidos en lo mismo. Todos apilados en un inmenso retrete lleno de mierda. No hay escapatoria, vamos a desaparecer con una cascada de agua cuando tiren de la cadena. Y encuentro un cierto placer en eso pues, cuando llevas jodida tanto tiempo, a veces, es inevitable disfrutar de ello.
Podéis llamarme loca, pero como dijo Bukowski, es frustrante tener la necesidad y el deseo de vivir, pero no la habilidad.

martes, 5 de enero de 2016

again

Me volví loca,
loca de felicidad.
Y grité,
alto,
pretendía que me oyeras,
que me volví loca,
en este caos,
y por eso salí del abismo,
y toqué el sol,
pude sonreír a la luna,
vi el mar,
me sumergí,
en él;
en los recuerdos,
y, joder, que bonito fue,
verlos,
tocarlos,
sentirlos,
de nuevo